sábado, 9 de agosto de 2014

Voluntad Popular y Vente Venezuela Aragua denuncian corrupción en el Programa Venezuela Productiva

Maracay, Agosto 9 (SC).- En rechazo a los 300 vehículos estacionados en el Cuartel Abelardo Mérida en Maracay, las organizaciones políticas Vente Venezuela y Voluntad popular en Aragua realizaron un volanteo en parque El Ejército el sábado 9 de agosto a las 2:00 pm.

El dirigente regional de Voluntad Popular, Tony Real (@TonnyReal) explicó que el Gobierno con esta acción contradice los artículos 7 y 32 de la Ley Orgánica de Precios Justos al retener los vehículos. "Hay ciudadanos que tienen más de 3 años esperando por sus automóviles, para poder acceder a la oportunidad deben ser amigos de un general, un coronel o alto funcionario y eso es un claro acto de corrupción", agregó.





Daniel Merchán (@Daniel_Merchan), coordinador político de Vente Venezuela Aragua, manifestó que la especulación en la venta de los vehículos ha sido causada por las trabas administrativas y corrupción de los encargados del programa, la desorganización de la misma ha llevado a que lo venezolanos no tengan acceso a dichos beneficios de manera ordinaria.



Ambos dirigentes invitan a la comunidad aragüeña y el resto del país a participar en el Congreso Ciudadano (@FuturoParaTodos) que se efectuará el martes 12 de agosto en el anfiteatro El Hatillo a las 10 am con el propósito de discutir la Venezuela que queremos en compañía de ciudadanos y organizaciones.


jueves, 7 de agosto de 2014

Pobrecismo

Durante décadas Venezuela sufrió de diversas improvisaciones políticas llevadas a cabo por los gobiernos y distintos actores, artífices del colapso ético, político y social nacional de los años 90. Ese colapso, el de una sociedad de cómplices, fue aprovechado por los elementos del socialismo revolucionario venezolano que no querían compartir el fracaso histórico predecible de su primo ideológico: la socialdemocracia pragmátizada. Aprovechando la ruptura sistemática del Estado de Derecho en el país para promover en su máximo esplendor el ruin pragmatismo populista fariseo, bandera del socialismo del siglo XXI y principal arma de Hugo Chávez.

Estas dos clases políticas de izquierda, ahora enfrentadas bajo un escenario distinto, con la supremacía de la revolucionaria sobre la moderada, han tenido como objetivo la creación de una masa de individuos mayoritaria que sea capaz de controlar y si es necesario suprimir a la clase inferior. La falaz lucha de clases marxista fue convertida en Venezuela en un subliminal canibalismo ideológico, que amenaza en su inminente explosión, a la destrucción del individuo crítico a quien ha marcado como su peor enemigo.

Llámelo progresismo, llámelo humanismo, como usted quiera puede denominar la total depravación y retorsión de un conjunto de incongruencias prácticas y teóricas con las que ambas clases han derivado populistamente sus orígenes ideológicos. Yo me atrevo a decir que las diferencias esenciales entre ambas propuestas es únicamente la cantidad y la forma de la violencia, siendo la revolucionaria la más agresiva sobre el individuo por ser la más fiel a la semilla natal como lo es el comunismo.

Yo voy a permitirme llamar, tanto al progresismo como al humanismo, “pobrecismo” porque ambas tendencias conducen al establecimiento de una sociedad basada en conservar al individuo en su estado más primitivo y sombrío como es la pobreza y coartarle la capacidad de convertirse en el fin de su propio desarrollo. Ambas banderas pretenden seguir implementando la receta que más le ha funcionado a los Estados totalitarios para seguir conservando las sociedades cerradas: La dependencia del individuo en el Estado, la total deshumanización y la planificación colectiva de su razonamiento.

Desde el lado del progresismo o del humanismo, el mayor anzuelo han sido conceptos adaptados a sus pretensiones, solo viables en un contexto literario del realismo mágico: Una felicidad en la miseria, una libertad entre cadenas y un desarrollo que nos prometen desde un empeoramiento de la calidad de vida de todos. Con esto pretenden unir a sus filas a diferentes venezolanos, que como fruto de su impaciencia y desesperación, caen y se convierten en militantes, uno más en un proyecto destructivo y degenerativo, un peón más en los tableros ajedrezados de sus nefastos comandantes un elemento más de nuestra propia destrucción.


Como bien dije, somos las mentes críticas y libre pensadores los peores enemigos de los "pobrecistas" ya que somos la última barrera entre sus pretensiones y la supremacía de la opresión que tan bien ocultan detrás de sus banderas. Puede llamarlos progresistas o humanistas, puede ahogarse en la tranquilidad demagógica de sus palabras, pero el resultado será el mismo en ambos casos: El "Pobrecismo".

Fernando Marcano
Coordinador de Formación Vente Aragua
Coordinador de VenteJoven Aragua
@FSMarcano

El Dibujo de Aragua

Aragua al día de hoy sigue siendo un boceto sin terminar, con vestigios de lo que alguna vez fue y con la ilusión de lo que algún día podría ser, pero ese viejo dilema que parece difícil de resolver, se consigue con una dura realidad, la del estado que por momentos rozo con avances en el combate a la violencia, la reducción del ciclo de drogas, el disfrute de espacios públicos, el crecimiento vial, la introducción de nuevas tecnologías educativas, la diseminación de redes de asistencia medica, los nichos turísticos, prosperidad en la producción industrial y agropecuaria, entre otros ejemplos, pero que hoy se encuentra entre las entidades líder, si a eso se le puede llamar “liderazgo”, en materia de inseguridad según indicadores del observatorio venezolano de la violencia, el retraso de la asistencia tecnológica porque Venezuela tiene la banda ancha más lenta de Sudamérica, la decadencia y reducción de los centros hospitalarios ante la falta de insumos y la precariedad de la atención sanitaria, el cementerio de empresas y posibilidades de empleo, el desastre de la recolección de basura, los cortes eléctricos, finalizando con la merma de la capacidad productiva y de emprendimiento que genera los altos niveles de escasez de alimentos, repuestos, medicinas, productos básicos, etc. que hoy desaparecen aceleradamente de los anaqueles, pues el comercio es asfixiado por la crisis económica.


Por esas y muchas razones más, que todos conocemos pero hemos aceptado silenciosamente, Aragua sigue siendo un dibujo, un prospecto, una “potencia” que nadie termina de explotar, un proyecto que no acaba, que se hunde en la corrupción, desidia y abandono de  gobernantes y ciudadanos indolentes, sin identidad, que como maleficio convierten a esta encrucijada de caminos en un trozo de tierra sin dueños, sin aragueñidad, sin definición para terminar de dibujar ese estado que queremos, pero no nos hace falta Rembrandt, Van Gogh, Picasso, Monet, Dalí o cualquier otro para terminarlo, lo que nos hace falta es voluntad ciudadana, construida, organizada y potenciada desde la sociedad civil, entendiendo que cada uno de nosotros desde cualquier plataforma somos factores de cambio, “capitanes de nuestras almas y amos de nuestro destino” como decía aquel poema invictus que llevara consigo Nelson Mandela. La Venezuela de hoy, la Aragua de hoy, nos exige caminar juntos, pues es la única forma de resolver esta situación que a todos nos pertenece, así que vamos de la mano a las asambleas de ciudadanos, al debate de las ideas, a la implementación de salidas a la crisis política e institucional, a la consolidación de un futuro para todos, concluyamos el dibujo y llevémoslo de los sueños a la realidad, hagámoslo factible, porque particularmente creo que somos artífices de mucho talento, ingenio y creatividad, para no solo imaginar, sino edificar la nación que anhelamos, pero ello dependerá de cada uno de nosotros, y de si somos capaces de cristalizar una obra de arte o perpetuar una caricatura.

Daniel Merchán

@Daniel _Merchan en Twitter.

LOS INFLUYENTES CAYERON EN LA RED

O el curioso caso de la pérdida de la auctoritas mediática
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[CAMBIO]
Con la llegada del siglo XXI hemos sido testigos de cambios aceleradísimos en las tecnologías de la comunicación y la información como nunca antes. Si bien muchos son fruto de la revolución tecnológica que se inició tras el final de la II Guerra Mundial, los efectos que estos avances, especialmente los relacionados con el internet y las redes sociales, están causando transformaciones profundas en las maneras en las que las personas se comunican y se informan. Cambios que no todos son capaces de comprender con la rapidez que se producen ni de aceptarlos.
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Es notable como muchos políticos, intelectuales, analistas y periodistas, los personajes que tradicionalmente son los más influyentes en la opinión pública nacional, se sienten incómodos y parecen no terminar de adaptarse al fenómeno de redes sociales. Y es que hasta hace poco la comunicación de estos actores con los ciudadanos era unidireccional. El ciudadano era sujeto pasivo.

Los influyentes tradicionales solo discutían entre ellos, a través de los medios de comunicación de masas, la radio, la prensa o la televisión, mediante entrevistas, reportajes, ruedas de prensa y columnas de opinión. Y el ciudadano sólo era espectador. Salvo a través de las elecciones mediante el ejercicio al voto, o de manera más restringida al ser consultado en estudios de opinión pública como encuestas o focus group, en programas de opinión en radio y televisión en vivo que permitían llamadas de la audiencia, o algunos periódicos que tienen sección de cartas de los lectores, en líneas generales la persona común (entendiéndose por común alguien no influyente) tenía muy limitadas opciones de hacer oír su voz y opinar sobre asuntos públicos.

Desde el gran adelanto tecnológico en materia de telecomunicaciones desde la década de 1980 y la aparición y masificación de internet se produjeron cambios profundos en modo en que se genera información. Es a partir de ese instante que los ciudadanos comunes, fuera de las élites tuvieron la primera oportunidad de ser generadores de información y convertirse en sujetos activos de la comunicación con su propia página web. Del mismo modo se generaba discusión entre los ciudadanos sobre distintos en los foros de las páginas web, entre los que destacaban el de CANTV antes de la nacionalización y el de Noticiero Digital. A través de ellos se tejían redes de confianza que permitían articular estrategias para posicionar temas e incluso crear nuevos portales web. 


Este boom de los foros propició el surgimiento de una nueva herramienta, los blogs y un nuevo tipo de influenciador, el bloguero. Pero al bloguero, salvo que se especializara mucho, por ejemplo en finanzas, se le hacía difícil competir contra los medios y los actores tradicionales influyentes sobre la opinión pública. Adicionalmente, a pesar de estos importantes cambios, aún existía una clara desconexión entre el ciudadano común y los grandes formadores de opinión tradicionales. El verdadero cambio en la relación comunicativa e informativa entre ciudadanos y políticos, intelectuales, analistas y periodistas y cómo se genera opinión pública se da a partir del momento que surgen las redes sociales, las cuales no son otra cosa que un medio virtual en el que las personas se relacionan en línea y comparten información.

Entre las redes sociales, una destacará por encima del resto: Twitter. Y tendrá un gran aliado: el teléfono celular inteligente


Twitter más que ninguna otra red social provocó grandes cambios en la comunicación política y la manera en que se genera y difunde información. Cambios que aún no terminan, que están produciéndose en este instante. Esta red social en especial, dada sus características de inmediatez y de contenido accesible a todos sus usuarios, sin importar si se siguen o no, permitió por primera vez que un ciudadano común y corriente pudiera informar de un suceso mucho antes que los medios tradicionales y comunicarse directamente y en igualdad de condiciones con los actores influyentes tradicionales.
Por primera vez los ciudadanos pueden interactuar directamente y en igualdad de condiciones con políticos, periodistas, intelectuales y analistas y competir en relativa igualdad de condiciones contra ellos en la batalla de la opinión pública. Incluso hay ciudadanos comunes y corrientes más influyentes y con más seguidores en twitter que muchos de ellos.
Hasta hace muy poco, era muy difícil que un político, intelectual, analista o periodista pudiera recibir crítica directa  por decir o hacer algo más allá de los círculos en los que se movían. Peor aún, en los círculos que rodean a los influyentes tradicionales que son más reconocidos, especialmente los políticos, predomina la adulación. Ahora, en el mismo y preciso instante en uno de estos actores dice o hace algo, comienzan comentarios en twitter. Buenos y malos. Y es precisamente por esto, que muchos de ellos no sólo no están acostumbrados a recibir críticas masivas, les molestan.

Es debido a esto que muchos de los influyentes tradicionales, quienes estuvieron acostumbrados por años, décadas, a opinar e imponer sus criterios sin casi recibir feed-back fuera de sus círculos de confianza, les resulta sumamente fastidioso ser cuestionados. Y especialmente ser cuestionados por aquellos que consideran que no están a su nivel.



En el caso específico de Venezuela, en medio crisis como la actual, tras 15 años continuos de pérdida de libertades y de bienestar, de violaciones masivas a los derechos humanos y de destrucción de la democracia para la instauración de un régimen hegemónico con aspiraciones totalitarias (una frase largota que se resume en dictadura), sin mayores avances reales y tangibles para la causa opositora, impulsa a los ciudadanos a criticar a estos actores influyentes tradicionales que de una u otra manera han estado al frente o al lado de la oposición venezolana en sus distintas facetas. Fueron muchos de ellos quienes convencieron a los ciudadanos, no una, sino varias veces de seguir sus estrategias, sin mayores explicaciones y consultas con las bases, para cambiar al régimen  y lamentablemente fallaron todas. Y no conformes con que las estrategias fallaran, muchos de estos influyentes tradicionales, miembros del establishment opositor no solo no asumieron su responsabilidad e hicieron los necesarios mea culpa por los errores cometidos, además tuvieron el tupé de culpar al ciudadano de derrota, ese mismo ciudadano que marchó, fue a paro, firmó y votó cada vez que se lo pidieron, y que perdió su trabajo, sus inversiones, fue herido e incluso perdió su vida o a algún ser querido. Y si hubo muchos que no decidieron plegarse a las estrategias planteadas, por ejemplo, ir a votar, pues la culpa es del propio estratega que no fue capaz de convencerlos para que desistieran de su actitud.

Luego de las elecciones presidenciales del 14 de abril de 2013 y la decisión de cantar fraude aparecen claramente varios puntos de inflexión en la política venezolana que van a incidir directamente en la crítica ciudadana hacia sus dirigentes. En primer lugar se desiste de la marcha hasta el CNE del día 17 de abril de ese año para reclamar la victoria electoral, en segundo lugar cuando a mediados de ese año se pasa la página del reclamo de la elección robada y convertir los comicios municipales en un fallido plebiscito contra Nicolás Maduro, en tercer lugar cuando en febrero de 2014 un sector encabezado por Leopoldo López y María Corina Machado deciden convocar el movimiento de protestas ciudadanas llamado #LaSalida al que se opusieron Henrique Capriles Radonski y buena parte de la Mesa de la Unidad Democrática, quienes dos meses después, en abril de este año, deciden sentarse a dialogar con el régimen chavista sin el cumplimiento de las condiciones previamente exigidas.
Es a partir de estos cuatro puntos de inflexión que se incrementan las críticas contra la dirigencia política opositora y los intelectuales, analistas y periodistas que los respaldan. Estas críticas, que fueron asumidas de buena fe por algunos de ellos,  muchos otras las trataron como "ataques" y "divisionismo" generados por “infiltrados del G2 cubano” y  llegando al extremo de calificar a las millones de personas que ejercen su derecho legítimo a criticar sus actuaciones, porque estas les afectan su vida de manera directa, incluso de manera permanente, y porque es parte del ejercicio de la libertad de expresión, como “twitterneitors” o más recientemente de "laboratorios".


Ese desprecio y censura cada vez mayor a crítica ciudadana parte de los actores influyentes tradicionales y su séquito miembros del establishment opositor, solo hace que estas se multipliquen más. Es como echarle agua al gremlin y darle de comer a medianoche al mismo tiempo. La multiplicación de críticas de ciudadanos desde 2013 y durante 2014 es resultado de la arrogancia de muchos de estos dirigentes políticos, intelectuales, analistas y periodistas que no sólo no quieren oírlas ni tomarlas en cuenta, sino que además las atacan. Solo a partir del momento en que las legítimas críticas de los ciudadanos, que tienen 15 años pasando los rigores a los que son sometidos por parte del régimen venezolano, siendo cada día menos libres y más miserables, se tomen en cuenta y tratadas con el debido respeto, estas bajarán. De lo contrario sólo crecerán y serán más duras. Bien decía el historiador romano Tácito: "quién se enfada por las críticas, reconoce que las tenía merecidas".

Lic. Tony De Viveiros
Analista político e Internacional 
Especialista en Seguridad Internacional y venezolanos en el exterior
Vocero de VenMundo