En la larga cola para comprar
alimentos, el Guardia Nacional apunta con su AK-103 de ensamblaje venezolano, a
un grupo de jóvenes que entregaban unos panfletos y líquidos a las personas que
desde hace seis horas esperaban bajo el inclemente sol poder llevar dos
paquetes de leche regulada a sus hogares. Bajo la voz de “alto” otro efectivo
procede a su detención, mientras que el camarada cooperante baja de su moto
armado con su 9mm para amedrentar a los jóvenes manifestantes mientras eran
trasladados sin ninguna explicación hacía los calabozos del SEBIN. Acto
seguido, el camarada cooperante, les explica a las personas de la cola que el
régimen es “paz” y “buen vivir” y que las colas es un pequeño “sacrificio” que teníamos
que pagar por vivir en esta gran revolución, mientras se coleaba en la larga
cola y todos quedaban atónitos observando la mirada del comandante supremo en
el reverso de su camisa, mientras que el sacaba una caja completa de leche.
Este escenario, que muchos creen
exagerado e imposible, ya está sucediendo en las miles de colas que se generan
a lo largo y ancho del país producto de un sistema económico inviable que sigue
siendo la bandera del régimen de Nicolas Maduro, así como en las también miles de manifestaciones que se producen en el país por múltiples causas, tales como: La
violencia, falta de insumos médicos, falta de medicamentos, de indignación
pública en contra de las detenciones políticas, a favor de la libertad de los
políticos y activistas presos, entre otros problemas que forman parte de ese
cuadro de desidia , miseria y pobreza aguda que han promovido las políticas
emanadas desde Miraflores.
Desde el 27 de Enero de 2015
entra en vigencia la resolución #008610 del Ministerio de la Defensa de
Venezuela, resolución que legaliza e incentiva a los efectivos castrenses a
utilizar, bajo condiciones, parámetros y situaciones que no establece, el uso
de armamento letal para contener las manifestaciones en Venezuela. A nadie
debería sorprender esta nueva muestra de violencia por parte del gobierno, ni
tampoco la cachetada a la más que violada constitución nacional, por el
contrario, es una muestra más del talante militarista y represor del Socialismo
del Siglo XXI.
Con dos meses de inventarios en
materia de alimentos, la violencia desbordada por el fracaso sistemático de las
políticas en materia de seguridad, la alta tensión política en el país y el
desastre económico y social, está más que claro la naturaleza y propósito de la
resolución #008610, que se convierte en una suspensión tácita de las garantías constitucionales
y un claro privilegio a licenciar a los efectivos militares a tareas que ya venían
cumpliendo los camaradas cooperantes, tales como disparar contra
manifestaciones, usar el terror como instrumento de represión y asesinar a ciudadanos por el simple hecho de manifestar, en aras de un control ciudadanos, que no es más que la protección del régimen de turno.
Precisamente, la “paz” que
promueven desde el régimen no es más que una paz producto de los Kalashnikov,
una “paz” que no es para los ciudadanos sino que es para su gobierno, una “paz”
basada en la sumisión. La resolución #008610 no es una “provisión” de Dios para
ser utilizada para arreglar la situación del país, es todo lo contrario, es un
paño rojo sobre las libertades individuales, los Derechos Humanos, la
constitución y la libertad en el país.
Fernando Marcano
Coordinador de la
juventud de Vente Venezuela en Aragua
@FSMarcano
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